No hay red de aguas blancas y tampoco sistema de cloacas. La electricidad es un lujo que no todos disfrutan, mientras que las tuberías del gas están puestas "de adorno". Hasta un 80 por ciento de las vías están en pésimo estado, por lo que hasta los camiones cisterna se niegan a entrar a los poblados más lejanos.
Este es el rostro de la parroquia Guajira, en el municipio homónimo de Zulia. Sus habitantes viven en condiciones deplorables. Aunque han luchado por tener luz de forma legal, la mayoría debe estar "pegao", comentó Cecilia González, vocera del concejo comunal de Los Filúos. Usan pozos sépticos y cuando se llenan, deben llamar a los camiones de achique. Quienes no tienen este "privilegio", deben correr "pa´la mata de cují".
El agua por tubería llega cada cuatro o cinco meses. Las autoridades no fumigan por lo que proliferan los casos de dengue, diarrea y demás enfermedades virales. "La alcaldía no hace nada. Aquí nunca nos ha llegado ayuda. Las calles están intransitables, no hay vía para que los niños vayan al colegio y deben pasar por fango, zipa y barro todos los días para ir a clases. Tampoco hay postes de luz".
En Paraguaipoa, el corazón de la zona, está el único hospital que atiende a los habitantes de la Guajira y la Alta Guajira. Pero sus condiciones son igual de deprimentes. La mayoría de sus áreas están clausuradas por problemas de filtraciones, techos caídos y contaminación. La construcción que se apropió el Gobierno nacional está abandonada desde hace cinco años.
Aún peor
Junto a la Alta Guajira, son las dos parroquias más abandonadas por las autoridades, aseguró Ricardo Fernández, contralor social. A su juicio, allí se vive aún peor. No hay lugares para comprar comida, por lo que sus habitantes viajan hasta Maracaibo u otros poblados cercanos con los camiones guajireros para comprar productos alimentarios.
"La Guajira Venezolana está conformada por los municipios Mara, Almirante Padilla y Guajira; pero éste último es sin duda el que está peor en todos los aspectos".
La falta de fuente de trabajo y la presencia de la guerrilla en zonas cercanas a la frontera empeora la situación. Los productores abandonan sus tierras por temor y aumentan los índices de pobreza.
Tampoco hay gas
La parroquia Guajira del municipio homónimo no está conectada al anillo periférico de la red de gas del estado. Los debe surtir Pdvsa-Gas; pero aún cuando los habitantes aseguran que las tuberías están instaladas, no disfrutan del servicio.
Ángel González, quien reside en Paraguiapoa desde hace 60 años y vende duro fríos, explicó que la única manera de cocinar es con bombona y cada una la compran hasta en 90 bolívares fuertes.
"El camión viene de Maracaibo pero los revendedores no dejan que pase de Caimarechico. Allí compran las bombonas y las traen para acá en un precio que no todo el tiempo podemos pagar. Lo peor es que el alcalde no hace nada".
Este es el rostro de la parroquia Guajira, en el municipio homónimo de Zulia. Sus habitantes viven en condiciones deplorables. Aunque han luchado por tener luz de forma legal, la mayoría debe estar "pegao", comentó Cecilia González, vocera del concejo comunal de Los Filúos. Usan pozos sépticos y cuando se llenan, deben llamar a los camiones de achique. Quienes no tienen este "privilegio", deben correr "pa´la mata de cují".
El agua por tubería llega cada cuatro o cinco meses. Las autoridades no fumigan por lo que proliferan los casos de dengue, diarrea y demás enfermedades virales. "La alcaldía no hace nada. Aquí nunca nos ha llegado ayuda. Las calles están intransitables, no hay vía para que los niños vayan al colegio y deben pasar por fango, zipa y barro todos los días para ir a clases. Tampoco hay postes de luz".
En Paraguaipoa, el corazón de la zona, está el único hospital que atiende a los habitantes de la Guajira y la Alta Guajira. Pero sus condiciones son igual de deprimentes. La mayoría de sus áreas están clausuradas por problemas de filtraciones, techos caídos y contaminación. La construcción que se apropió el Gobierno nacional está abandonada desde hace cinco años.
Aún peor
Junto a la Alta Guajira, son las dos parroquias más abandonadas por las autoridades, aseguró Ricardo Fernández, contralor social. A su juicio, allí se vive aún peor. No hay lugares para comprar comida, por lo que sus habitantes viajan hasta Maracaibo u otros poblados cercanos con los camiones guajireros para comprar productos alimentarios.
"La Guajira Venezolana está conformada por los municipios Mara, Almirante Padilla y Guajira; pero éste último es sin duda el que está peor en todos los aspectos".
La falta de fuente de trabajo y la presencia de la guerrilla en zonas cercanas a la frontera empeora la situación. Los productores abandonan sus tierras por temor y aumentan los índices de pobreza.
Tampoco hay gas
La parroquia Guajira del municipio homónimo no está conectada al anillo periférico de la red de gas del estado. Los debe surtir Pdvsa-Gas; pero aún cuando los habitantes aseguran que las tuberías están instaladas, no disfrutan del servicio.
Ángel González, quien reside en Paraguiapoa desde hace 60 años y vende duro fríos, explicó que la única manera de cocinar es con bombona y cada una la compran hasta en 90 bolívares fuertes.
"El camión viene de Maracaibo pero los revendedores no dejan que pase de Caimarechico. Allí compran las bombonas y las traen para acá en un precio que no todo el tiempo podemos pagar. Lo peor es que el alcalde no hace nada".
Piña, Y. (2011, Octubre 15) Sin servicios básicos ni vialidad sobreviven en Paraguaipoa. La Verdad. Disponible en: http://www.laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=73707
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