El ensordecedor rugir del oscuro firmamento fue el preludio de la implacable lluvia que se derramaría sobre las tierras zulianas. Desde la 1.00 de la mañana, el persistente redoble de los techos de zinc mantuvo despavoridas a las familias, como si de una marcha fúnebre se tratara.
El inconsolable llanto del pequeño Ignacio se mezcló con la fría brisa y el profundo temor que invadió a sus padres, cuando a las 4.00 de la mañana la ferocidad de la cañada Las Tarabas embistió violentamente las paredes de aquel hogar, ubicado en la calle 60B del sector del mismo nombre.
Gladys, la madre del niño de cuatro meses, se deshacía en lágrimas mientras relataba cómo sostuvo sobre su cabeza a aquella pequeña criatura, cuando el agua, que llegó hasta su pecho, amenazó con devorarlos a todos: a su esposo, su madre, y a Ignacio, mientras permanecía refugiados en un mesón de lo que quedó de cocina.
A través de incesantes gritos, alertaron a los vecinos de que estaban vivos, y estos, con esfuerzo, lograron sacarlos por el techo. Una Gladys taciturna, apenas reunió las fuerzas para decir: "Necesito que me ayuden. No a mí, sino a mi bebé que no tiene nada. Pañales, leche, ropita, o lo que quieran".
Así transcurrió ayer la vida de los Velasco, una de las 82 familias de los 20 sectores marabinos que padecieron los embates de las precipitaciones caídas desde la 1.00 hasta las 6.00 de la mañana.
"Todo el mundo perdió lo que tenía. Necesitamos que nos ayuden. A la cañada no se le hace mantenimiento y cada vez que llueve se inunda la zona", expresó Froilán Briceño, habitante del barrio Leonardo Ruiz Pineda, afectado por el desborde la cañada Zapara.
Y la historia se repite. En el barrio Menca de Leoni, los vecinos de la calle 19 observaban cómo los bomberos instalaban las bombas para sacar de las humildes viviendas el agua que llegó a alcanzar niveles de hasta un metro. En Zapara I, la señora Modesta Arias mostró con impotencia los estragos que el agua causó en su hogar: artefactos dañados, muebles destruidos, y hasta comida desmoronada en el suelo componían la terrible imagen.
Ayuda gubernamental
Representantes de los organismos municipales y estadales se acercaron a las comunidades afectadas para atender a las demandas y registrar los daños. La comisión de la Gobernación del Zulia, que encabezó Ángel Sánchez, secretario de Gobierno regional, hizo un recorrido por la parroquia Coquivacoa.
Eveling de Rosales, alcaldesa de Maracaibo, inspeccionó el sector Zapara I y recalcó que el despacho municipal y el Ejecutivo otorgarán atención médica y económica a los damnificados.
"La gente ha perdido sus enseres, pero no se reportaron pérdidas humanas. La Gobernación y Alcaldía darán una ayuda a cada familia", afirmó la burgomaestre.
Balance oficial
Helim Pirela, director de Protección Civil de Maracaibo, informó que "el balance es positivo pues no hubo personas lesionadas o heridas. Los organismos estamos desplazando unidades móviles, servicios médicos y de vacunación. Debemos estar alertas pues las precipitaciones se extenderán por 48 horas".
El inconsolable llanto del pequeño Ignacio se mezcló con la fría brisa y el profundo temor que invadió a sus padres, cuando a las 4.00 de la mañana la ferocidad de la cañada Las Tarabas embistió violentamente las paredes de aquel hogar, ubicado en la calle 60B del sector del mismo nombre.
Gladys, la madre del niño de cuatro meses, se deshacía en lágrimas mientras relataba cómo sostuvo sobre su cabeza a aquella pequeña criatura, cuando el agua, que llegó hasta su pecho, amenazó con devorarlos a todos: a su esposo, su madre, y a Ignacio, mientras permanecía refugiados en un mesón de lo que quedó de cocina.
A través de incesantes gritos, alertaron a los vecinos de que estaban vivos, y estos, con esfuerzo, lograron sacarlos por el techo. Una Gladys taciturna, apenas reunió las fuerzas para decir: "Necesito que me ayuden. No a mí, sino a mi bebé que no tiene nada. Pañales, leche, ropita, o lo que quieran".
Así transcurrió ayer la vida de los Velasco, una de las 82 familias de los 20 sectores marabinos que padecieron los embates de las precipitaciones caídas desde la 1.00 hasta las 6.00 de la mañana.
"Todo el mundo perdió lo que tenía. Necesitamos que nos ayuden. A la cañada no se le hace mantenimiento y cada vez que llueve se inunda la zona", expresó Froilán Briceño, habitante del barrio Leonardo Ruiz Pineda, afectado por el desborde la cañada Zapara.
Y la historia se repite. En el barrio Menca de Leoni, los vecinos de la calle 19 observaban cómo los bomberos instalaban las bombas para sacar de las humildes viviendas el agua que llegó a alcanzar niveles de hasta un metro. En Zapara I, la señora Modesta Arias mostró con impotencia los estragos que el agua causó en su hogar: artefactos dañados, muebles destruidos, y hasta comida desmoronada en el suelo componían la terrible imagen.
Ayuda gubernamental
Representantes de los organismos municipales y estadales se acercaron a las comunidades afectadas para atender a las demandas y registrar los daños. La comisión de la Gobernación del Zulia, que encabezó Ángel Sánchez, secretario de Gobierno regional, hizo un recorrido por la parroquia Coquivacoa.
Eveling de Rosales, alcaldesa de Maracaibo, inspeccionó el sector Zapara I y recalcó que el despacho municipal y el Ejecutivo otorgarán atención médica y económica a los damnificados.
"La gente ha perdido sus enseres, pero no se reportaron pérdidas humanas. La Gobernación y Alcaldía darán una ayuda a cada familia", afirmó la burgomaestre.
Balance oficial
Helim Pirela, director de Protección Civil de Maracaibo, informó que "el balance es positivo pues no hubo personas lesionadas o heridas. Los organismos estamos desplazando unidades móviles, servicios médicos y de vacunación. Debemos estar alertas pues las precipitaciones se extenderán por 48 horas".
Reyes, D. (2011, Octubre 8) Onda tropical sacude a 209 familias. La Verdad. Disponible en: http://www.laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=73212
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