Ahí, en esos bosques de plantas leñosas, viven peces jóvenes, cangrejos, camarones y moluscos. Además constituyen sitios de anidación y alimentación de decenas de aves migratorias; y los manatíes, tortugas marinas y peces del fango dependen de sus pantanos.
Dentro de tanto verde, también se ven comunidades y grupos ambientalistas. Algo pasa con esa hilera de árboles tolerantes a la sal, porque desde las 8.00 de la mañana varias manos podan y sanean los mangles de las costas de Capitán Chico.
Esta acción forma parte de la restauración ecológica de manglares que las organizaciones Aclama, Fundación Jardín Botánico, Movev y Fundapesma hacen en Santa Rosa de Agua, mucha veces con recursos propios. Tienen un año y medio saneando ese lugar que ya está copado de marrón y gris, debido a tanta deforestación, según Carlos Moreno, director regional del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev).
Van dos o tres veces al mes, a partir de las 8.00 de la mañana, dependiendo de los recursos y el tiempo disponible de los colaboradores. Coordinan con la comunidad y comienza la faena: recolección de basura, poda, platoneo, trasplante de árboles y siembra de vegetación. El trabajo es duro y se extiende hasta mediodía.
Del porqué de la iniciativa
Las funciones naturales del ecosistema de los mangles se reactivan. La calidad del agua, la salud y fauna acuática mejoran y se crean nuevas oportunidades de ingresos para las quienes hacen vida en los alrededores. Ese, de acuerdo con el proyecto de estas asociaciones, es el objetivo de la restauración ecológica de los manglares de Capitán Chico.
"Nuestro trabajo se define como el proceso de reparación del daño causado por los humanos a la diversidad y la dinámica de los ecosistemas (...)".
La propuesta busca que las comunidades participen en el saneamiento de sus manglares. Que se concreten soluciones sostenibles. Que las familias sientan el viento como una caricia en el rostro y no como un brusco golpe, que frenen las olas. Que esta hilera de plantas aminoren la fuerza de las tormentas y evite, si es posible, las inundaciones.
Carlos Díaz, pescador de la comunidad, es una de las personas que trabaja en esto. Para él es vital el éxito de esta propuesta, pues de allí se derivan planes de gestión comunitaria. "Los derrames de petróleo en el Lago de Maracaibo también nos afectan. En las redes, en vez de peces, hay restos de crudo y lemna. La producción bajó 100 por ciento, porque nadie quiere comprar especies contaminadas".
Manos a la obra
No tienen colaboración oficial, pero eso no los limita. Los oficiales de la Guardia Costera de vez en cuando colaboran con botes, pero casi siempre están ocupados en sus funciones. Aún así, estos grupos ecologistas no se rinden, y luchan para que las costas de Capitán Chico, Playa y Sol y Las Peonías no formen parte del 50 por ciento de los bosques de mangle destruidos en el mundo debido a proyectos humanos "perjudiciales".
Los voluntarios coinciden en que en los planes de Gobierno no hay medidas para rescatar estos espacios, ni corrigen el problema de raíz. Usan sólo "pañitos de agua tibia".
Los programas de reforestación de estas áreas reconstruirían la protección de los manglares y aumentarían el potencial para un desarrollo sostenible. Este rescate reforzará la función de estas plantas como sistema natural de tratamiento de las aguas.
Dentro de tanto verde, también se ven comunidades y grupos ambientalistas. Algo pasa con esa hilera de árboles tolerantes a la sal, porque desde las 8.00 de la mañana varias manos podan y sanean los mangles de las costas de Capitán Chico.
Esta acción forma parte de la restauración ecológica de manglares que las organizaciones Aclama, Fundación Jardín Botánico, Movev y Fundapesma hacen en Santa Rosa de Agua, mucha veces con recursos propios. Tienen un año y medio saneando ese lugar que ya está copado de marrón y gris, debido a tanta deforestación, según Carlos Moreno, director regional del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev).
Van dos o tres veces al mes, a partir de las 8.00 de la mañana, dependiendo de los recursos y el tiempo disponible de los colaboradores. Coordinan con la comunidad y comienza la faena: recolección de basura, poda, platoneo, trasplante de árboles y siembra de vegetación. El trabajo es duro y se extiende hasta mediodía.
Del porqué de la iniciativa
Las funciones naturales del ecosistema de los mangles se reactivan. La calidad del agua, la salud y fauna acuática mejoran y se crean nuevas oportunidades de ingresos para las quienes hacen vida en los alrededores. Ese, de acuerdo con el proyecto de estas asociaciones, es el objetivo de la restauración ecológica de los manglares de Capitán Chico.
"Nuestro trabajo se define como el proceso de reparación del daño causado por los humanos a la diversidad y la dinámica de los ecosistemas (...)".
La propuesta busca que las comunidades participen en el saneamiento de sus manglares. Que se concreten soluciones sostenibles. Que las familias sientan el viento como una caricia en el rostro y no como un brusco golpe, que frenen las olas. Que esta hilera de plantas aminoren la fuerza de las tormentas y evite, si es posible, las inundaciones.
Carlos Díaz, pescador de la comunidad, es una de las personas que trabaja en esto. Para él es vital el éxito de esta propuesta, pues de allí se derivan planes de gestión comunitaria. "Los derrames de petróleo en el Lago de Maracaibo también nos afectan. En las redes, en vez de peces, hay restos de crudo y lemna. La producción bajó 100 por ciento, porque nadie quiere comprar especies contaminadas".
Manos a la obra
No tienen colaboración oficial, pero eso no los limita. Los oficiales de la Guardia Costera de vez en cuando colaboran con botes, pero casi siempre están ocupados en sus funciones. Aún así, estos grupos ecologistas no se rinden, y luchan para que las costas de Capitán Chico, Playa y Sol y Las Peonías no formen parte del 50 por ciento de los bosques de mangle destruidos en el mundo debido a proyectos humanos "perjudiciales".
Los voluntarios coinciden en que en los planes de Gobierno no hay medidas para rescatar estos espacios, ni corrigen el problema de raíz. Usan sólo "pañitos de agua tibia".
Los programas de reforestación de estas áreas reconstruirían la protección de los manglares y aumentarían el potencial para un desarrollo sostenible. Este rescate reforzará la función de estas plantas como sistema natural de tratamiento de las aguas.
Para allá apuntan quienes tienen como bandera salvar los manglares de las costas marabinas. Todo lo hacen por amor al arte, por conservar el equilibrio entre valor económico y diversidad biológica.
Sobre un manglar sano
Los manglares están formados por plantas litorales, agrupadas en ecosistemas singulares dentro de la zona intermareal de las regiones tropicales y subtropicales. Estos espacios contienen 60 especies de árboles y arbustos, y constan de agua, suelo cenagoso, fauna y microbios.
La expansión de la población y el desarrollo económico, entre otros factores, obligaron a usar estas tierras para la construcción de carreteras, radas y puertos, industrias y urbanización. A continuación, algunas de sus ventajas:
Sus beneficios
- Atrapan contaminantes del aire, como dióxido de carbono. Sus ecosistemas y pantanos representan casi la tercera parte de las reservas terrestres de carbono en el mundo.
- Forman un escudo natural de protección costera contra tormentas, huracanes y tsunamis.
- Proveen beneficios socioeconómicos para las comunidades costeras. En regiones donde se destruyen estos bosques, disminuye la producción pesquera, además de la afectación turística.
- De los manglares se puede sacar madera de sierra, similar a la de construcción, materias primas para la industria y material de paja para techados. Se sacan bebidas a partir de los frutos.
- Estos terrenos naturales sirven para la freza de peces y crustáceos.
- Protegen y conservan hábitats de fauna de naturaleza curiosa.
- Ayudan a la sedimentación y acrecentamiento de tierras.
- Aumentan la capacidad de combatir la acción del oleaje hasta cierto límite.
- Combaten la erosión de los suelos.
- Mejoran las cadenas alimenticia estuarinas que enlazan diversos grupos vivos, incluyendo arrecifes de coral, hierba marina y población bentónica.
FUENTES: Asociación Civil para la Conservación de la Cuenca del Lago de Maracaibo, Fundación Jardín Botánico, Movimiento Ecológico de Venezuela y conclusiones del XI Congreso Forestal Mundial.
Sobre un manglar sano
Los manglares están formados por plantas litorales, agrupadas en ecosistemas singulares dentro de la zona intermareal de las regiones tropicales y subtropicales. Estos espacios contienen 60 especies de árboles y arbustos, y constan de agua, suelo cenagoso, fauna y microbios.
La expansión de la población y el desarrollo económico, entre otros factores, obligaron a usar estas tierras para la construcción de carreteras, radas y puertos, industrias y urbanización. A continuación, algunas de sus ventajas:
Sus beneficios
- Atrapan contaminantes del aire, como dióxido de carbono. Sus ecosistemas y pantanos representan casi la tercera parte de las reservas terrestres de carbono en el mundo.
- Forman un escudo natural de protección costera contra tormentas, huracanes y tsunamis.
- Proveen beneficios socioeconómicos para las comunidades costeras. En regiones donde se destruyen estos bosques, disminuye la producción pesquera, además de la afectación turística.
- De los manglares se puede sacar madera de sierra, similar a la de construcción, materias primas para la industria y material de paja para techados. Se sacan bebidas a partir de los frutos.
- Estos terrenos naturales sirven para la freza de peces y crustáceos.
- Protegen y conservan hábitats de fauna de naturaleza curiosa.
- Ayudan a la sedimentación y acrecentamiento de tierras.
- Aumentan la capacidad de combatir la acción del oleaje hasta cierto límite.
- Combaten la erosión de los suelos.
- Mejoran las cadenas alimenticia estuarinas que enlazan diversos grupos vivos, incluyendo arrecifes de coral, hierba marina y población bentónica.
FUENTES: Asociación Civil para la Conservación de la Cuenca del Lago de Maracaibo, Fundación Jardín Botánico, Movimiento Ecológico de Venezuela y conclusiones del XI Congreso Forestal Mundial.
Moran, I. (2011, Octubre 3) Manglares del Lago son refugio de vida. La Verdad. Disponible en: http://www.laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=70456
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