viernes, 8 de julio de 2011

Percepción universitaria

En muchas universidades públicas del país, la percepción ilegal de derechos de matrícula, regularmente en los estudios de posgrado, los fraudes en los exámenes, en las tesis de grado y en el cumplimiento de los servicios comunitarios, las malversaciones de fondos, las licitaciones públicas amañadas, y unas cuantas e inveteradas corruptelas más, están socavando seriamente el subsistema de educación superior.
Sé, de algunos docentes universitarios que olvidan su labor y abordan a sus jóvenes alumnas con propuestas que están lejos de la moral y buenas costumbres. Algunos, incluso, sin el menor sentimiento académico y ético, estimulan la incorporación y participación de la población estudiantil en hechos ilegales que revisten carácter penal, lo cual compromete el futuro y el trabajo creador de las nuevas generaciones de profesionales.
Frente a tantas y graves irregularidades y desviaciones hay que imponer barreras severas. En consecuencia, es necesario mejorar las competencias en materia de gestión, rendición de cuentas y supervisión continua del personal docente y administrativo universitario. Asimismo, facilitar al público en general el acceso a la información de este sector educativo, a fin de lograr la participación y el control de la sociedad en los establecimientos de enseñanza superior.
Un ejemplo de la inadecuada y mala gerencia universitaria se observa en la innecesaria creación y funcionamiento de algunas facultades. Nada justifica la existencia de una facultad para una sola escuela, cuando a ella pueden adscribirse varias carreras afines. Una facultad de ciencias de la salud puede comprender diferentes escuelas, como medicina, odontología, análisis clínico, nutrición, enfermería y veterinaria. En este caso, no hay razón para mantener en funcionamiento otras facultades con escuelas únicas, como ocurre con odontología y veterinaria, en algunas universidades.
Algo similar se observa en la escuela de agronomía, adscrita a la facultad del mismo nombre, en la cual se forman ingenieros agrónomos. Si existe la facultad de ingeniería, que agrupa a varias escuelas destinadas a la formación de ingenieros, carece de la más elemental lógica la existencia de una facultad de agronomía, de la cual depende una sola y única carrera.
Asimismo, resulta inaceptable, pero digno de ser investigado y sancionado, que haya una cantidad considerable de profesores que cobre horas de investigación sin laborarlas; becarios en el exterior que, después de culminar sus estudios de posgrado, nunca jamás regresan al país; personal administrativo y obrero excedentario; docentes sin la menor formación pedagógica, y diferentes dependencias, como las imprentas universitarias, donde sus empleados ejecutan trabajos tipográficos para particulares, sin abonar esos ingresos a las cuentas de la comunidad universitaria.
Nadie puede negar que las universidades son entidades públicas que, en muchas ocasiones y de la manera más irresponsable, se quieren administrar como si fueran patrimonios privados de sus autoridades, confundiendo la autonomía universitaria con la autonomía de la voluntad de sus rectores.
Casi siempre, la universidad aparece entre nosotros como algo idílico, un mundo de investigación y docencia, en el que no hay maldades, ni intereses particulares, ni políticos. Un lugar donde todo es ciencia y justicia. Sin embargo, en unas cuantas de ellas, la realidad fáctica refleja vicios, desvaciones y pésima administración. 

Saras, H. (2011, Julio 7) Percepción universitaria. Panorama. Recuperado de: 

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